La alopecia es un problema que afecta a millones de personas en todo el mundo y puede manifestarse de diversas formas. Es muy importante conocer los diferentes tipos de alopecia que existen así como las causas que la originan y las soluciones que podemos emplear para abordarla de manera efectiva.
La alopecia androgénica es la más común entre todos los tipos que existen y suele afectar más a hombres que a mujeres. La causas de esta pérdida de cabello deben buscarse en factores genéticos aunque se desconoce cuál es el gen responsable de ello debido a que son varios genes los que conjuntamente originan la calvicie. Y en motivos hormonales si hablamos exclusivamente de varones puesto que los andrógenos acaban por atrofiar los folículos pilosos que genéticamente están predispuestos a sufrir este problema. Las personas que acabarán aquejadas por una alopecia androgénica suelen presentar sus primeros síntomas de calvicie durante la adolescencia.
En la mujer, si aparecen los primeros signos de alopecia durante la etapa de la menopausia, se acentuarán una vez acabe esta última. Existen medicamentos que suelen ser eficaces frente a la alopecia androgénica, como el minoxidil y el finasteride, los cuales pueden evitar la caída del cabello, retrasar la misma o, al menos, mitigar buena parte de los efectos adversos pero debemos tener claro que la alopecia androgénica no es reversible. No actuar contra ella implica aceptar la calvicie para siempre. Los efectos de la alopecia androgénica en hombres son más evidentes en las zonas frontales y parietales, es decir, las partes más visibles de la cabeza, mientras que, en mujeres, la pérdida de cabello se aprecia en las zonas temporal y occipital.
La alopecia areata es la pérdida de cabello en zonas muy concretas del cuero cabelludo o de la barba y suele ubicarse en superficies redondeadas. Los motivos de este tipo de alopecia pueden ser genéticos y, sobre todo, en personas que han desarrollado enfermedades autoinmunes, personas que han padecido situaciones de estrés o shocks postraumáticos puesto que quedan destruidos los folículos pilosos sanos. La alopecia areata puede llegar a remitir si se trata a tiempo y es posible conseguir que el cabello crezca de manera más rápida. Dependiendo del caso, hablamos de una pérdida de cabello que puede durar meses, años o, incluso, aparecer únicamente de manera eventual. Se trata de un tipo de alopecia que se puede dar a cualquier edad aunque, normalmente, afecta más a personas en edades más tempranas, niños incluidos.
La alopecia difusa es la pérdida gradual del cabello y se caracteriza por que afecta a todas las zonas capilares de la misma manera, es decir, no habrá áreas con alopecia y otras con cabello. Comienza por una una disminución de la densidad del cabello hasta que se origina la calvicie y debe saberse que, al no afectar al cuero cabelludo, es posible volver a recuperar ese pelo previamente perdido.
Los factores por los que se produce la alopecia difusa suelen estar vinculados a enfermedades intestinales, infecciones, trastornos alimenticios, dietas poco aconsejables y también podemos buscar su origen en tratamientos invasivos como quimioterapia, alteraciones de las hormonas, como en situaciones de embarazo, parto y menopausia, y, sobre todo, cuando surgen episodios de gran estrés. Existen tratamientos como la mesoterapia capilar para conseguir un cabello de mayor calidad y más resistente, o el basado en plasma rico en plaquetas, para la regeneración de los tejidos, que dan muy buen resultado.
La alopecia cicatricial implica que, además de la pérdida del cabello, se produce una completa destrucción de los folículos pilosos, los cuales pasan a ser reemplazados por tejido cicatricial. Se trata de una calvicie permanente y definitiva ya que los folículos pilosos no pueden regenerarse y, como consecuencia, no volverá a crecer pelo. El motivo principal de este tipo de alopecia hay que buscarlo en las inflamaciones crónicas aunque son también causas muy habituales las infecciones del cuero cabelludo, enfermedades autoinmunes como el liquen plano o el lupus y lesiones físicas o quemaduras. Una tipo de alopecia cicatricial es la alopecia frontal fibrosante, cuyos casos han proliferado en los últimos años y que afecta únicamente a la zona frontal del cuero cabelludo.
La alopecia universal implica la pérdida de todo el cabello existente, cejas y pestañas, inclusive, en ciertos casos, el vello corporal. Hablamos de una enfermedad autoinmune que actúa con gran agresividad sobre el folículo piloso aunque debe tenerse en cuenta que éste no se destruye en su totalidad. En contados casos, puede ser reversible y, en otras personas, puede ser reincidente y llegar a ser una alopecia definitiva. La alopecia universal se produce por una situación con alto nivel de estrés o porque previamente se había originado una alopecia areata aunque las causas exactas no se han podido determinar a día de hoy. Hablamos de una alopecia que afecta a mujeres, hombres y niños de todas las edades.
Los distintos tipos de alopecia que hemos abordado en este post provocan la aparición de falta de autoestima y seguridad en muchas de las personas afectadas debido a esa pérdida del cabello. A veces, es posible recuperar el pelo y, otras veces, no. Lo seguro es que, si existe solución, ésta no es rápida. Hablamos de un problema que puede durar meses, incluso, años o, en su defecto, para siempre. Debido a ello, el uso de prótesis capilares y pelucas cobra una especial relevancia puesto que pueden cubrir cualquier tipo de alopecia, solucionando esa cuestión estética que tanto preocupa.
Piensa en cualquier caso de alopecia, el más grave que te puedas imaginar. Y, ahora, ten la certeza de que esa persona volverá a disfrutar de tener pelo, de peinarse, de lavarse la cabeza, de realizar las tareas cotidianas que solía hacer. Estamos hablando de no sentir vergüenza por acudir a cualquier evento social, de saber que la prótesis capilar no se moverá por muchas situaciones adversas a las que se enfrente y, sobre todo, por volver a mostrar seguridad en uno mismo, tener alta el autoestima y sentirse feliz.
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